Las condiciones en que se realizaron las pasadas elecciones a la alcaldía 2023-2027 en el municipio de Tuluá, traen la remembranza de una época nefasta en la historia de Colombia, y en particular en la ciudad de Medellín.
Por LabVaga
Noviembre 27 de 2023
A mediados de los años 80, entre asesinatos y bombas, el narcotraficante Pablo Escobar y los extraditables declararon la guerra contra el Estado colombiano a raíz de la aprobación del tratado de extradición con los Estados Unidos. La guerra entre los carteles de Cali y Medellín arreciaba en las calles y las obstrucciones al ejercicio del periodismo se extremaron en situaciones como la del periódico El Espectador, que después de padecer el asesinato de su director, Guillermo Cano (1986), y la destrucción de la sede por un acto terrorista (1989), dejó de circular en Medellín y su sede pasó a la clandestinidad a raíz del asesinato de varios de sus empleados.
Quizás la comparación parezca extrema: las hazañas del «capo de los capos» no tienen parangón, como tampoco la violencia que padeció Medellín en esos años. Sin embargo, Tuluá, con un promedio de 230 mil habitantes y ubicado estratégicamente en el centro del Valle del Cauca, con dos universidades públicas, un equipo de fútbol y un periódico que ha resistido a la crisis de los medios impresos en el país, es una ciudad sitiada por la delincuencia. De acuerdo con un informe de la Fundación Pares, ha habido un incremento del 18% de homicidios en el primer semestre del 2023 con respecto al mismo periodo del año anterior. Otro informe, citando a la Defensoría del Pueblo, refiere 96 homicidios en los primeros siete meses del 2023, «un aumento del 31,51% frente a los 73 registrados en el mismo periodo de 2022».
Durante estos meses la palabra «zozobra» se repite en titulares nacionales para referirse a la situación de este municipio: «Cuerpos desmembrados, acciones sicariales, atentados contra empresas privadas, asesinato de funcionarios de la alcaldía, amenazas a jueces, periodistas y candidatos locales, censura de varios medios de comunicación…», menciona el informe de Pares. Hay dos denominadores comunes en los diferentes informes. Primero, extorsiones a la ciudadanía que no respetan rango económico -ventas ambulantes, verduras, almacenes, hoteles, transporte público y un sinfín de actividades económicas- y que son ejecutadas por la banda delincuencial conocida como «La oficina» o «La inmaculada», surgida hace 15 años en un barrio con el mismo nombre. Segundo, la confrontación de esta organización con la de «Los cancerberos», que en el informe de Pares es asemejado a un grupo paramilitar y que en uno de sus comunicados advierte:
…nuestro grupo no roba, no extorsiona, no pide, no exige, no trafica, como lo hacen las ratas hp de la oficina, nosotros somos un grupo armado patrocinado por comerciantes ricos, por esta razón si algún comerciante es extorsionado en nuestro nombre denuncie ante las autoridades que tendrán nuestro respaldo.
La campaña electoral para la elección del nuevo alcalde, en la que resultó vencedor Gustavo Adolfo Vélez, avalado por el Partido Conservador, fue un escenario tristemente privilegiado para este escenario de violencia. El recién electo alcalde fue declarado objetivo militar por parte de la banda «La oficina» y debió realizar su campaña electoral encerrado por varios meses con su esposa en una finca. En una entrevista a La Silla Vacía en plena campaña electoral, señaló lo siguiente:
Tenemos vigilancia interna y externa en esta propiedad. Nosotros mantenemos atentos de que no se parqueen sobre la vía carros o motos con personas sospechosas. La entrada de cualquier persona es con una cita previa. Se determina más o menos el número de personas que van a venir, y todo eso tiene que ser previamente acordado. Cuando las personas llegan acá, se revisan para verificar que no traigan armas o explosivos.
Amenazas contra su familia, allegados y simpatizantes políticos, atentados a la infraestructura de la sede de campaña y, como en los tiempos de Pablo Escobar en que mataban a los voceadores de El Espectador, el asesinato del parapentista Jorge Iván González, quien desde el aire hacía publicidad electoral a favor del hoy alcalde electo. Otros candidatos como Marcos Arbeláez y Marcos Urrutia también afirmaron haber recibido amenazas. Tuluá, pues, ingresó a la lista de la Defensoría del Pueblo y de la Misión de Observación Electoral (MOE) como uno de los municipios con riesgo extremo por factores de violencia para las elecciones regionales de 2023.
En este contexto, resultan obvias las amenazas e intimidaciones a periodistas y medios de comunicación locales que, como la mayoría de los habitantes de Tuluá, quedaron en medio del fuego cruzado entre ambas bandas delincuenciales. Los de «La oficina» les prohibieron mencionar al entonces candidato Gustavo Adolfo Pérez, bajo la amenaza de ser considerados objetivos militares; de modo que, entre miedos y bromas, en Tuluá empezaron a llamarlo coloquialmente como «El innombrable». Y «Los cancerberos», por su parte, han emitido amenazas en varias ocasiones a periodistas de la ciudad, una de las cuales, de acuerdo con un informe de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), la realizaron a través de un panfleto que circuló por redes sociales:
Señores periodistas, les pedimos el favor de publicar nuestros comunicados. Esperamos contar con su objetividad como periodistas frente a la guerra que avecina a Tuluá. De lo contrario serán considerados objetivo militar de nuestro grupo armado.
Es de anotar que en el mes de septiembre de este año fue capturada una abogada, Claudia Moscoso, como presunta jefe de «Los cancerberos» y quien al parecer han tenido vínculos comerciales con el alcalde saliente; también fue capturada su pareja, Rubiel Antonio Tovar. En el proceso les fue encontrado, entre otros insumos, panfletos amenazantes y publicidad política a favor del candidato de la administración. Toda una trama.
En los dos últimos años se han documentado amenazas, intimidaciones, un exilio y el asesinato en el 2021 del periodista Marcos Efraín Montalvo, maestro de periodistas en el Valle del Cauca, por sus denuncias sobre la corrupción y las bandas delincuenciales locales. En otro informe, la FLIP alertó sobre el ambiente de censura, desinformación y miedo en el ejercicio del periodismo en Tuluá y concluyó:
En este contexto varios periodistas han decidido no continuar con sus programas y emisiones, y otros han dejado de cubrir temas de interés, como lo son el orden público, la seguridad y el mismo proceso electoral. Esto afecta gravemente el contexto de las elecciones regionales, ya que limita la participación de los medios en el debate público e impide que la ciudadanía pueda conocer qué ocurre en el municipio y tomar decisiones de manera informada.
«Yo pensé que en Tuluá no pasaba nada…«
En medio de este panorama y en plena campaña electoral, el 9 de octubre pasado llegaron al emblemático Teatro Sarmiento de Tuluá los comediantes Camilo Sánchez y Camilo Pardo para presentar su espectáculo en vivo Fucknews Noticreo, un formato hijo de la pandemia y del estallido social del 2021, caracterizado por un humor mezcla de crudeza y de frivolidad desde el cual hacen una parodia a los medios de comunicación y a las coyunturas informativas que pasan por ellos. Inaceptable, e incomprensible para muchos, el humor de este par de comediantes ha generado diversos debates sobre los límites que debería tener la libertad de expresión, en tanto acostumbran a burlarse de situaciones de extremo dolor, como violaciones, feminicidios y secuestros, por lo cual han recibido varias demandas y les han cancelado presentaciones, como sucedió hace poco en la ciudad de Medellín.
Con un auditorio lleno y entre chiflidos, hurras y risas, transcurrió una hora larga en el Teatro Sarmiento en donde «los Camilos» se refirieron al asesinato del parapentista Jorge Iván González y a la banda delincuencial de «La oficina». Así mismo, al, en ese entonces, candidato Gustavo Adolfo Vélez, mientras en el auditorio, entre risas, se escuchaba un shhhh colectivo a lo que uno de los comediantes replicaba: «está todo peligroso Tuluá, aquí no se puede hablar de nada…». También hicieron alusión al refuerzo policial que enviaron al municipio y que derivó en la captura de varios integrantes de «La Oficina», de cuyos alias -como Lápiz o Bimbo- se burlaron sin pudor. Incluso mencionaron los vínculos familiares del alcalde saliente, John Jairo Gómez, con los integrantes de esta banda delincuencial, y el nombre del candidato a la alcaldía que estarían patrocinando, todo ello poniendo en tono de refuerzo la palabra presuntamente:
Yo estoy leyendo lo que dice la gente, pero estas noticias terminan siendo más reales que lo que dice RCN o Caracol, porque ahí no dicen ni mierda nunca.
dijo uno de ellos mientras leía una breve cartilla que les habían entregado con el nombre de «Chismógrafo».

Imagen obtenida del video de YouTube de FucksNews: https://www.youtube.com/watch?v=B1n9yMVlE8g
En algunos momentos se advertía un ambiente tenso frente a las expresiones de los comediantes, de manera especial cuando pretendían entablar un breve intercambio con los asistentes. Algunas alusiones a la situación de Tuluá fueron las siguientes:
- ¿Todos aquí son de Tuluá o hay gente que tiene la expectativa de vida más larga?
- ¿Alguien va a votar por Gustavo Vélez? ¡Pas!
- ¿A alguno lo han extorsionado acá?
- Shhhhh
- Venga, ¿cuál es su nombre?
- Shhhhh
- Muy bonito Tuluá, pero que la gente sepa que en Tuluá están que matan a una gonorrea.
- La gente prefiere decir shhhh que ir a decirle algo a la policía, porque el policía le dice «ah, sí, venga lo ayudo» y pum hp porque seguro trabajan con esos hpts de la Inmaculada… presuntamente…
Y así, entre chanzas, miedos y burlas, el Teatro Sarmiento, patrimonio cultural de la ciudad que cuenta ya con 95 años de vida, tuvo lleno completo. El que en sus inicios fue un hotel y lugar de espacios comerciales, posteriormente se convirtió en una sala de cine en la que los tulueños disfrutaron de producciones mexicanas como La Ley del Monte, La Mochila Azul, La Monja Voladora y otros clásicos. De ahí en adelante ha sido un espacio por el que han pasado diversidad de artistas y de procesos educativos y culturales. La presentación del stand up comedy de Fucksnews inaugura, quizás, una nueva oferta de entretenimiento y fuente de ingresos para este espacio cultural: https://www.facebook.com/teatrosarmientotulua/?locale=es_LA
En regiones y/o ciudades con circunstancias de violencia y confrontación de actores armados como las vividas en Tuluá, constituye prácticamente un suicidio para periodistas y medios de comunicación informar y denunciar lo que sucede. En esos casos, como expuso el informe de la FLIP, priman la censura y la autocensura. Sin embargo, una estrategia recurrente es pasar la información a periodistas que están fuera del radar de los violentos para que sea publicada en otros medios. De hecho, si se hace una búsqueda rápida sobre el caso de Tuluá, se encuentran noticias publicadas en medios como El Espectador, El Tiempo, Semana, El País, RCN, La Silla Vacía, entre otros. No obstante, acceder a esa información requiere una búsqueda específica, pues de otro modo aparecerá dispersa. El sentido de la contundencia y gravedad de la situación se pierde en medio del desorden informativo al que nos exponemos diariamente. De ahí que, como aludía uno de los comediantes, para cualquier persona medianamente informada, en Tuluá no pasa nada.
No deja de ser paradójico que, frente a una situación tan delicada en los meses previos a la campaña electoral, sea allí mismo, en el centro de la ciudad, escenario de extorsiones cotidianas a locales y ventas callejeras, y frente a un centenar de sus habitantes, que se exponga la situación de inseguridad, miedo y censura a los medios de comunicación locales y la ciudadanía en general; situación que se ha ido normalizando a lo largo de los años y por tanto no sorprende. Lo que sorprende es que desde un formato humorístico muy controvertido, en el que hacer chistes banales de la tragedia ajena alimenta los likes y llena auditorios, fuera posible decir con desenfado lo que está prohibido expresar en voz alta.
Desde el período de La Violencia, el centro y norte del Valle del Cauca ha sido territorio en disputa por diferentes actores armados. La historia del conservador León María Lozano, El Cóndor, residente en Tuluá y líder de Los Pájaros, es un referente clave para comprender el peso de las violencias extremas que han azotado esta región. Desde los años 80 ha sido un lugar clave para la expansión de la cadena del narcotráfico, a finales de los años 90 fue corredor estratégico para el ingreso de grupos paramilitares al departamento y al suroccidente del país, y a lo largo de varias décadas ha tenido presencia de organizaciones guerrilleras. Tuluá, a pesar de su pujanza económica, ha sido el centro de este escenario de violencia. Estos diferentes factores han incidido en que hacer periodismo haya sido históricamente complejo, especialmente en la zona rural, a la que poco podían acceder los medios, y ahora en la zona urbana. Como dice el periodista Javier Jaramillo, en una entrevista dada a Perifoneo: un podcast sobre la libertad de expresión:
Después del Acuerdo de Paz sí se vivió una tranquilidad, muy distinto el ambiente, nosotros logramos por lo menos la tranquilidad de la zona montañosa, ya se puede ir al campo. Pero ahora el problema es en la zona urbana de Tuluá, con los grupos criminales, las bandas delincuenciales que se han apoderado y al parecer están infiltradas en la administración municipal.
Es de anotar que Tuluá también ha sido escenario para el proceso de implementación de los Acuerdos de Paz de la Habana, donde un grupo de firmantes ha constituido una cooperativa que potencia procesos productivos agrícolas en el centro del departamento. Y aunque está en el sonajero de los diálogos que se avecinarían con la implementación de la Paz Total, hay incredulidad en el entorno local sobre sus resultados: https://www.tiktok.com/@robertposadaroser/video/7212626317781519622
https://eltabloide.com.co/opinion/la-paz-total/
El poder que las organizaciones delincuenciales ha acumulado a lo largo de muchos años, a través de diferentes dinámicas y actores en esta región, no cesará con la llegada de los nuevos mandatarios, muy a pesar de que la gobernadora electa, Dilian Francisca Toro, ya ha mencionado varias veces la necesidad de priorizarla como tema de seguridad. De hecho, han aumentado las amenazas de muerte al alcalde electo Gustavo Adolfo Vélez y continúan los asesinatos, el último de los cuales cobró la vida del joven Kevin Andrés Tovar, de 23 años, actor de la película «Lavaperros», del director Carlos Moreno. Las circunstancias de su muerte muy probablemente darían pie a buenas carcajadas en caso de que «los Camilos» quisieran mencionarlas en su espectáculo, ya que, como dijeron en su presentación en Tuluá en tono de falso convencimiento, es mejor «que las risas reemplacen las balas».