Es posible que sea el próximo alcalde de la tercera ciudad del país. Por estos días, su rostro se multiplica por miles en los postes, pantallas y paredes de Cali. Uno de sus adversarios políticos, Alejandro Eder, dice que representa el chontinuismo de Jorge Iván Ospina, el alcalde con las peores cifras de desfavorabilidad y rechazo. Roberto Ortiz, El Chontico, se defiende. Dice que fue un duro crítico de Ospina y que gobernará la ciudad con honradez y transparencia. ¿Le creemos?
Por LabVaga
De Honda viene
Hace dos años, el 3 de octubre de 2021, Roberto Ortiz celebraba 61 años. Había nacido en Honda, Tolima, primer puerto fluvial del país hasta mediados del siglo XX. Allí, desde 1970, la subienda de pescado bocachico al comenzar cada año se había convertido en motivo de celebración y fiestas. El Festival de la Subienda incluía comparsas, lectura de bando, reinado popular y desfile de candidatas sobre el río Magdalena. Roberto Ortiz, el Chontico, tenía diez años cuando se hizo el Primer Festival de la Subienda en su Honda natal. Un año después dejó su pueblo, de 24 mil habitantes, y llegó a Cali de la mano de su abuelo. En una ciudad más grande, le dijo su abuelo Roberto, tendría más oportunidades. Y en efecto, a los 14 años ya trabajaba como promotor de chance en Cali, que tenía casi un millón de habitantes en los 70.
El 3 de octubre de 2021, escribió en Facebook: “¡Festejarlo junto a mis seres queridos me hace sentir el hombre más afortunado! Espero que la vida nos regale más cumpleaños juntos, y muchos más momentos bonitos. Dios seguirá llenando mi vida de salud y sabiduría para compartirla con tantos seres humanos que respeto y quiero”. Ese día 766 personas aplaudieron a Chontico en Facebook y celebraron su cumpleaños.

En la fotografía, su esposa, Olga Lucía Campos Fierro, sus hijos Roberto José (Cheche), Roberto Carlos (Junior) y Natalia; y sus nietas, Sara y Juanita (hijas de Natalia).
Imagen obtenida de las redes sociales de Roberto Ortiz: https://www.facebook.com/robertoortizu/photos/a.2196465237280816/2906737836253549/?type=3
Esta foto de estudio revela un rasgo importante para Chontico. Suele presentarse como hombre de familia, hombre de hogar y hombre de pueblo, dispuesto a darlo todo por los suyos. Destaca esa doble condición en las presentaciones públicas. Su esposa, que le habla al oído, dice que Ortiz es tan bueno y decente que ni se siente en la casa.
Roberto Ortiz se casó con Olga Lucía en 1987 y con ella tuvo tres hijos y dos nietas. Oriunda de Garzón (Huila), Olga llegó a trabajar en casa de una tía de Ortiz, que entonces ya era promotor de chance en Honda. Usualmente no visitaba a su tía, pero en cuanto vio a Olga, Roberto se hizo asiduo visitante de la casa. “Con usted me voy a casar”, sentenció cuando recién se habían conocido, lo que le extrañó a Olga. “Este señor está loco, si ni hemos hablado siquiera”, afirma haber pensado ese día. Ortiz la conquistó con sus detalles, cuenta ella. Tenía diez años menos que él.
Olga ha manifestado en varias ocasiones su interés por participar en diferentes campañas de prevención del cáncer (Ortiz es un sobreviviente de la enfermedad) y apoyar las causas sociales de su esposo, que incluyen el trabajo con jóvenes adictos, el empleo para mujeres de sectores populares, la prevención del maltrato y violencia doméstica contra las mujeres, y la protección de mascotas desamparadas. Sueñan con un hospital para perros. De hecho, en su enorme casa, casi un palacete, hay 15 perros, varios de ellos rescatados, según contó el candidato a El País en 2019.
¿Pero es cierto? ¿Roberto Ortiz es el hombre de familia, hecho a pulso y de origen popular que dice ser? ¿El que sabe ponerse de pie ante las adversidades y derrotas?
La política menuda y mediocre
En 2019 había sido vencido en las elecciones de 2019 por la Coalición Puro Corazón, que lideraba Jorge Iván Ospina. Ospina lo derrotó con algo más de 300 mil votos (casi el 40% de la votación válida). Ortiz obtuvo un poco menos de 200 mil (25% de la votación), lo que le permitió sentarse en el Concejo de Cali como el segundo más votado. Se suponía que ejercería un sólido control político y lideraría la vocería de la oposición en el cabildo de la ciudad. Pero allí no fue exactamente el líder de oposición al gobierno de Ospina que se esperaba.
Justo antes de su posesión en el Concejo de Cali, una ciudadana elevó una demanda ante el Consejo de Estado impugnando el derecho que le asistía a Ortiz a estar en la duma. La demandante aducía que no se había inscrito como miembro de un partido o movimiento ciudadano, sino por firmas, es decir, “un grupo significativo de ciudadanos carente de personería jurídica”, y en consecuencia no lideraba una organización política real. El Consejo de Estado falló en contra de la demandante señalando que la Constitución de 1991 contempla esa posibilidad. Sin embargo, si se examina la actuación de Ortiz en el Concejo a lo largo de 4 años, se puede concluir que a la demandante le asistía algo de razón.
Entre 2020 y 2023, de acuerdo con la Plataforma Cali Visible de la Universidad Javeriana, se presentaron 1.060 proposiciones en el cabildo de Cali. Tres concejales presentaron el menor número de proposiciones: Juan Manuel Chicangano del Partido Liberal (5), Juan Pablo Rojas del Partido Liberal (19) y Roberto Ortiz de Firmes Con El Chontico (20). En contraste, el top 3 de concejales con mayor número de proposiciones fueron Alejandra Hernández del Polo Democrático (210), Juan Martín Bravo del Partido Conservador (167) y María Isabel Moreno de la Alianza Verde (94).
¿Pero aunque pocas, fueron importantes las proposiciones de Ortiz para la ciudad?
Malas noticias. No fueron significativas ni relevantes. 12 de las 19 proposiciones de Ortiz fueron mociones de procedimientos y 3 de protocolos. Sólo 4 fueron de control político, de las cuales únicamente 3 terminaron en cita de sesiones. El líder de la oposición en el Concejo, cuyo papel central es ejercer control político sobre las actuaciones de la alcaldía y sus proyectos, presentó apenas 3 de las 936 proposiciones de control político citadas entre 2020 y 2023 (octubre 6). Sus proposiciones giraron en torno a dos temas: el Mio Cable (una proposición) y Corredor Férreo, Uso de Suelos, POT y Aumento de Costos de las Obras (dos proposiciones).
Nada más.
Sin embargo, en un reciente trino afirmó que enfrentó al alcalde Ospina durante el estallido social: “me paré en el Concejo de Cali pidiéndole al alcalde Ospina que no permitiera que mataran jóvenes, ni policías, todos eran hijos del pueblo”.
No hay registro de ello.
Su desempeño en el Concejo de Cali resultó opaco y sus tareas de control político limitadas. No era el gobernante, pero en su condición de concejal bien pudo ejercer control político atendiendo algunos de los frentes de trabajo de su Plan de Gobierno como candidato: gobierno integrado inteligente centrado en el ciudadano, territorio organizado para el desarrollo, la equidad y el hábitat sostenible; agenda social y ciudadana frente a la vulnerabilidad y el riesgo social; gasto público transparente, emprendimiento y trabajo digno; seguridad integral, justicia y construcción de paz.
Lindas palabras. Poco trabajo de control político.A las críticas de sus contradictores por su lánguido paso por el Concejo, Ortiz respondió en uno de sus más recientes Post: “Siempre he denunciado la corrupción de Ospina, mientras el otro candidato se la pasaba en Miami de paseo, y no decía ni pío”. Sólo un detalle: el otro candidato no estaba en el Concejo. En un vídeo refrendó sus críticas a Ospina. Pero en el ejercicio formal de control político a la alcaldía hubo pocas cáscaras, poco ruido y nada de nueces.
¿Quién es Ortiz realmente?
Es difícil saberlo. Incluso, asuntos menores que deberían estar firmemente establecidos no lo están. En las elecciones de 2019, hubo polémicas alrededor de su bachillerato. En su momento afirmó haberse graduado del Colegio Comunitario Iván Darío López, cuando tenía 45 años. Sin embargo, tal como pudo verificar Colombia Check, en los registros del colegio no aparece el nombre de Roberto Ortiz Urueña como uno de sus graduados. La institución no estaba entonces facultada para ofrecer programas de educación extra-edad ni educación para adultos, y el rector de la institución, Franklin Daza Campos afirmó en un vídeo del 25 octubre de 2019 que el político no estudió allí.
Ortiz no ha podido aclarar el asunto.

De acuerdo con El País de Cali en la actualidad estudia Ciencia Política en la Universidad Nacional Abierta y A Distancia, y ha realizado estudios de Calidad Democrática y Buen Gobierno en la Unión Iberoamericana de Municipalistas.
Tampoco es claro el origen de su fortuna. En 1984 ya trabajaba en la venta de chance en Cali. 25 años después era dueño de un negocio que generaba dos mil empleos directos, un enorme edificio de varios pisos situado en la Comuna 12, construido “en el mismo punto en el que empezó a vender chance”, según informa Colombia Check.
El sector de juegos de azar opera en cada departamento colombiano mediante licitaciones y concesiones asignadas por la gobernación por periodos de 5 años. Entre 1994 y 2009 fue socio y gerente de Colombiana de Juegos y Apuestas Azar E.U. En 2003, Ortiz apoyó la campaña para la gobernación de Angelino Garzón (2004-2008). La Silla Vacía afirma que «le ayudó a hacer encuestas diarias con las dos mil chonticas, que publicaban en la prensa y la radio, y también con el transporte y la logística en sus visitas a los barrios”. Dos años antes, la licitación de juegos de azar (2002-2006) había recaído en unión temporal de 18 de las 20 empresas de juegos de azar de la ciudad: la Colombiana de Juegos y Apuestas. De este modo, el consorcio se convirtió en el jugador más importantes de chances de la ciudad. De acuerdo con un informe de 2007 se estimaba que en la ciudad había unos 15 mil vendedores de juegos de azar, 95% fijos y 5% ambulantes. 400 trabajadores más se encargaban de recoger el producido de las ventas. En Cali, el negocio de chance es el que más genera ingresos dentro del sistema de juegos de azar y el que más aporta al sistema de salud público: casi 45 de cada 100 pesos provienen del chance, 20 de las loterías, casi 20 de los bingos y casinos, un poco más de 10 del baloto. La empresa tenía un capital accionario de 5.2 millones de dólares y controlaba el 90% del mercado de la ciudad. Colombiana de Juegos y Apuestas Azar E.U. (de Ortiz) y Apuestas Progresar, que se negaron a entrar al consorcio, tenían el 10% restante del mercado (el 6% y el 4% respectivamente). Las ganancias anuales proyectadas del consorcio se estimaban en casi 800 mil dólares.
Ortiz decidió irse por la libre en la siguiente licitación por el control del chance. Cuando el negocio no pareció prosperar entuteló al consorcio concesionario Sociedad Colombiana de Juegos de Azar S.A. (CJA, hoy Gane).
En 2008, la Corte Constitucional profirió un fallo definitivo respecto a una acción de tutela instaurada por Colombiana de Juegos y Apuestas Azar E.U. contra la Sociedad Colombiana de Juegos y Apuestas S.A. y la Beneficencia del Valle del Cauca. La CJA (Gane) participaría de la licitación 2007-2011 abierta durante el gobierno de Angelino Garzón. La CJA se comprometió con su competidora, la Colombiana de Juegos y Apuestas de Azar E.U (CJA AZAR) de Ortiz, a permitirle comercializar chance durante el periodo de la concesión, lo que incluía el suministro mensual de talonarios de chance. De acuerdo con la Silla Vacía este extraño arreglo entre competidores fue impuesto por Angelino Garzón como condición para aprobar la concesión. El 20 de diciembre de 2006, la Beneficencia del Valle y CJA firmaron la concesión.
Un año después, CJA AZAR de Ortiz le solicitó a CJA que le proporcionara más talonarios para venta de chance y el consorcio se negó pues la solicitud era exorbitante. CJA AZAR argumentó que la negativa de la CJA ponía en riesgo el trabajo de 2000 vendedoras de chance. CJA tenían entonces 14 mil vendedores bajo su control, pues al consorcio se había sumado a Apuestas Progresar en la nueva licitación. La empresa del Chontico afirmaba tener el 20% del mercado y demandaba, por lo tanto acceder a más talonarios autorizados por CJA o Gane. El consorcio desconfiaba de las cifras de CJA AZAR y se negó a cederle más talonarios. La empresa del Chontico entuteló al consorcio y el Tribunal Superior del Valle se la concedió. Pero Gane apeló y el proceso ascendió hasta la Corte Constitucional.
En su fallo, la Corte Constitucional le dijo básicamente al Chontico y a su empresa que usar la tutela para proteger derechos y acuerdos comerciales era improcedente. Ortiz perdió el litigio. Acusó la derrota de 2008. Salió trasquilado del extraño y endeble acuerdo comercial con el pulpo de las apuestas y chances de la ciudad. Un año después, en 2009, la Beneficencia del Valle devolvió el golpe y abrió una investigación contra Apuestas Azar E.U. por la venta ilegal de chance. “Por medio de un derecho de petición, Gane (Colombiana de Juegos y Apuestas S.A.), el concesionario de la zona tres en el Valle, ha presentado a la Beneficencia muestras de varios formularios con los que se encuentra comercializando apuestas permanentes Azar E.U.”, denunció Jaime Asprilla, gerente entonces de la institución.
Acuerdos y arreglos posteriores terminaron convirtiendo a Ortiz en parte del consorcio que concesiona el negocio de chances de la ciudad.
NePo y nepotismo
La mezcla entre negocios y política (NePo) ha hecho carrera en Colombia, y Ortiz parece decidido a seguir una tradición que incluye a líderes y apellidos de escala nacional como los López, los Vargas, los Lleras, los Uribe Vélez; o de alcance regional, como los Char, los Valencia, los Lloreda o los Garcés. Su hijo, Roberto José Ortiz Campos, un joven empresario, se incorporó al Comité de Acción del Partido Liberal desde 2015. En el Comité también estaban amigos y parientes tanto de Roberto Ortiz como de su esposa Olga Lucía Campos Fierros: Adela Campos Fierros, los Chicangano (Juan Manuel Chicangano y Orlando Chicangano Angulo), Edinson Delgado Martínez, (que acompañaría a Ortiz en su primer intento de hacerse con la alcaldía), Clementina Vélez y Sigifredo López Tobón, el ex diputado de la Asamblea del Valle del Cauca, liberado en 2009 por las Farc y único sobreviviente entre los 12 diputados secuestrados.
Roberto José Ortiz en la actualidad hace parte de la Junta Directiva de Gane (Redcolsa Red Colombiana De Servicios S.A.), el concesionario de apuestas y chances del Valle con el que su padre libró una querella judicial 15 años atrás. Constituida en 1997 y con un patrimonio de 12 millones de dólares, Gane tiene ventas anuales de 70 millones de dólares y tiene 938 empleados, así como cerca de 14 mil vendedores fijos y ambulantes de chance en la ciudad. Además, Roberto José Ortiz es gerente y representante legal de Greo Grupo Empresarial Ortiz S.A.S., una empresa de distribución de fondos de inversión, con un patrimonio de 1,6 millones de dólares y ventas cercanas al medio millón de dólares anuales. Roberto Ortiz es el socio mayoritario de esta empresa de dos empleados, constituida en 1998.
El legado político y empresarial de Ortiz ha comenzado a consolidarse y la alcaldía de Cali es un paso más, quizás el más importante, en una aventura que lo ha llevado al más alto cargo de elección popular que ha alcanzado hasta ahora: Representante a la Cámara por el Valle del Cauca entre 2010 y 2014. En su condición de Representante a la Cámara hizo parte en 2013 del Ocad (Órganos Colegiados de Administración y Decisión) Región Pacífico, responsable de la asignación local y regional de regalías.
Antes había sido gerente de la Sociedad Plaza de Toros por poco más de un año, en 2008, e hizo parte de la Junta Directiva de Infivalle entre 2005-2009.
En 2017 reemplazó en el Senado a Sofía Gaviria durante 4 meses por su licencia de maternidad; en 2018 volvió al senado de la República para reemplazar por 2 meses a la senadora liberal Viviane Morales, que se candidatizó a las Elecciones Presidenciales.
Si el Ortiz del pasado estructuró buena parte de su actividad e influencia política a partir de relaciones fuertes con líderes regionales de los partidos, en particular el Liberal, el actual le ha ido concediendo un papel central a la influencia y poder de su propia familia en la gestión de su proyecto político. Negocios y Política, la lógica NePo, se va robusteciendo.
La tercera
Su primera aspiración a la alcaldía de Cali fracasó en octubre de 2015, a pesar de contar con el respaldo los barones del partido liberal como los senadores Edinson Delgado y Luis Fernando Velasco, la representante a la Cámara Nancy Denise Castillo, el senador de Cambio Radical Carlos Fernando Motoa y el conservador Milton Castrillón. Roberto Ortiz y Angelino Garzón se restaron y disputaron votos mutuamente, y Maurice Armitage terminó ganando la alcaldía de la ciudad. Cuatro años después, en su segunda aspiración a la alcaldía, Ortiz cayó derrotado por Jorge Iván Ospina.
La tercera es la vencida, dijo al inscribir su candidatura por el Movimiento Firme Por Cali, el pasado 26 de julio. “Esta es la vencida, por eso les pido a todos los caleños: denme la oportunidad. No llegué a la política a robar ni a apropiarme de lo público, llegué a servirle a la gente y no a ser servido”, le dijo a El País ese día.
Pero el panorama no está claro.Para alcanzar la alcaldía, con su movimiento Firme con Cali, ha forjado un equipo de trabajo constituido esencialmente por familiares y allegados, según informa La Silla Vacía: Martha Campos, cuñada de Ortiz, maneja su agenda; Roberto José Ortiz (Cheche), su hijo, se hace cargo de la coordinación de la campaña y las finanzas. Su jefe de Comunicaciones y Prensa es Sebastián Bedoya (31 años), egresado del Instituto Instel en 2011, quien ha trabajado para diferentes medios nacionales y reciente ganador del Premio ABA en periodismo en salud, y ha sido un valioso y firme activista del movimiento LGTBIQ+. Este detalle es importante, porque en un trino del 25 de junio, Roberto Ortiz manifiesta haber recibido la bandera de “integrantes de la comunidad LGBTIQ+” y expresa su propósito de “trabajar para acabar con la intolerancia, y así construir juntos una ciudad donde se respete el derecho a la inclusión y a la diversidad”.

En Post del 15 de marzo de 2022 Bedoya se despidió del noticiero CMI e informó acerca de su nuevo rumbo profesional: se convirtió en jefe de prensa de Ortiz. Desde entonces trabaja y controla sus comunicaciones, se hace cargo de los contactos en medios, y desmiente continuamente en redes sociales lo que ha llamado “guerra sucia” contra el candidato.
Además de su familia y de Bedoya, Ortiz cuenta con Héctor Alonso Moreno, profesor de la Universidad Libre y de la Universidad del Valle, quien, según La Silla Vacía es su asesor programático, consultor y la figura intelectual que ejerce mayor influencia sobre el proyecto político de Ortiz. Ya había asesorado al candidato en su campaña de 2015.
De acuerdo con El País, el partido de la U, que lidera Dilian Francisca Toro, terminará apoyando a Roberto Ortiz en sus aspiraciones. Y con él estarían los concejales Carlos Arias y Henry Peláez. El partido Liberal, como en las dos pasadas aspiraciones electorales de Ortiz, apoya al candidato en pleno. El médico Carlos Pinilla Malo, el politólogo Juan Manuel Chicangano y el abogado Fabio Arroyave Botero (ex Polo Democrático) son concejales liberales que se sumaron al proyecto de Roberto Ortiz. El País también afirma que una fracción de Cambio Radical se habría sumado al Chontico. Y por el Partido Conservador, el concejal Fernando Tamayo no sólo lo apoya, sino que, de acuerdo con El País y La Silla Vacía, es uno de los políticos más cercanos al candidato.
Para financiar su campaña, ha solicitado un crédito por 800 millones de pesos de acuerdo con información disponible en Cuentas Claras, a los que se añaden 5 millones de pesos en donaciones. Ha gastado a la fecha casi 390 millones de pesos, de los casi 360 millones se han destinado a vallas publicitarias instaladas por la empresa Metro Vía, de Hember Moreno Patiño.
Se está financiando con recursos propios donados por sus hijos, Carlos y Natalia Ortiz Campo, según indica La Silla Vacía, lo que le permite ejercer mayor control sobre las dinámicas de su campaña. Para la candidatura de 2019 recibió aportes de una veintena de donantes, tanto personas naturales como jurídicas: Carlos Gilberto Restrepo Arrubla, empresario dedicado a comercio al por menor de artículos de ferretería, pinturas y productos de vidrio en establecimientos especializados; de Carvajal Propiedades e Inversiones S.A; de la Organización Hércules, comercializador y fabricante de autopartes -en especial, de resortes, soportes y suspensión para vehículos de carga y de pasajeros; Colombina SA; Ingenio Mayagüez; y su propia esposa, Olga Lucía Campos y los Sánchez Ortiz (Diego y Richard Andrés). Hasta el momento, en la campaña de 2023 no se registran donaciones de personas jurídicas.
Drones
Su programa de gobierno considera la implementación de la Universidad Distrital para Cali, una política pública de seguridad integral y convivencia en la que ha destacado la incorporación de nuevas tecnologías y drones, programas de resolución y transformación de conflictos, creación de dos casas de justicia, trabajar con los centros de conciliación de las facultades de derecho de las universidades caleñas, acceso a la justicia restaurativa, ampliar las alternativas de movilidad sostenible y mejorar el trabajo interinstitucional para mejorar el desempeño y la calidad de información para la toma de decisiones.Sin embargo, en una encuesta realizada entre febrero y marzo de 2023, por Cali, ¿Cómo vamos?, las principales preocupaciones de los ciudadanos caleños son salud, educación y trabajo. Le siguen pobreza, equidad y en últimos lugares seguridad y vivienda.

¿Entonces por qué Alejandro Eder, Roberto Ortiz y Miyerlandi Torres -los candidatos que encabezan las encuestas- enfatizan en la seguridad y en la crisis de autoridad de la ciudad?
Quizás porque la votaciones se concentran en los sectores de clase media y media vulnerable, y allí las preocupaciones asociadas con la protección de bienes propios y la seguridad son asuntos muy sensibles.
Las recetas usuales para enfrentar las crisis de seguridad como el aumento del pie de fuerza, la vigilancia técnica (más cámaras) y la disminución de la edad de imputabilidad, además de mano dura, venden y no requieren explicaciones complicadas. En cambio, para estructurar proyectos orientados a entender y enfrentar los problemas de salud pública, educación y empleo no hay recetas sencillas, y allí pocos se tragan cuentos fantasiosos y soluciones mágicas.
Drones para mejorar la seguridad parecen una medida de película, como de película fue la presentación de la propuesta de seguridad de Ortiz. Poco importa que cubrir una ciudad de 600 kilómetros cuadrados con drones resulte inviable o que ejercer control territorial 24/7 con máquinas sea simplemente imposible. ¿Drones nocturnos para cubrir las horas y días con mayor proporción de delitos callejeros? ¿Aumento del pie de fuerza en las calles conectado con sistemas de monitoreo digital en tiempo real? ¿Más CAI y más policías patrullando en motos e interconectados con los drones? Cuando se examinan los aspectos y desafíos técnicos de este tipo de propuestas espectaculares, las cosas se hacen menos claras y glamurosas.
Pensar en la seguridad supone atender las cifras y examinar los detalles.
Las cifras de homicidios en Cali, en 2022, fueron las más bajas de los últimos 15 años: 988 personas. La mitad de los homicidios que hubo en 2013, uno de los años más cruentos de la ciudad. Pero las denuncias por hurtos y amenazas están disparadas: 24 mil el año pasado, la cifra más alta en la historia de la ciudad. ¿Las cámaras y los drones disuaden del robo, contribuyen a la judicialización de los responsables y reducen las amenazas? ¿El dron seguiría -como en los filmes de ciencia ficción- al abusador hasta su guarida y allí, guardias bien apertrechados, lo detendrían para su rápido procesamiento y encarcelamiento? ¿Ese es el sueño de Ortiz? ¿La tecnoseguridad rápida y eficaz a lo Robocop funciona?
Desde 2005, las cifras de violencia sexual e interpersonal jamás han estado por debajo de 4.500 casos anuales. Una vez más 2013 fue el annus horribilis de la ciudad con casi 7.000 casos. La pandemia de coronavirus en 2020 y 2021 redujo a un poco más de 2000 casos las cifras. Y en 2022 hubo 2300. Es decir, están creciendo de nuevo. También están creciendo los casos de violencia intrafamiliar. ¿La promesa tecnológica de Ortiz conseguirá contener el incremento?
El candidato ha cifrado en la seguridad buena parte de su apuesta política. En Cali se ha reducido en un 14% del pie de fuerza en los últimos diez años, según El País. Para compensarlo, para compensar esa reducción Ortiz recurre a soluciones tecnológicas.
Eclipse
Suele lucir camisas azules y blancas -la paleta de colores que domina su campaña- y ha eludido persistentemente todos los debates públicos porque, según dice, el suyo es un debate con la gente. En entrevista con la WRadio, el 28 de septiembre, ocasión en la que por primera vez debatió con Alejandro Eder, Ortiz lució por momentos inseguro y balbuceante, aunque supo sortear algunos golpes insistiendo en que Alejandro no era más que un hombre adinerado, rodeado de privilegios y completamente desconectado de la vida de los caleños de a pie. En conversación con Vanessa de la Torre para 10AM Hoy por Hoy de Caracol Radio, el jueves 12 octubre se encontraron Alejandro Éder, Roberto ‘Chontico’ Ortiz y Miyerlandi Torres. Presentaron sus propuestas de trabajo. Ortiz enfatizó en su Banco de las Oportunidades (préstamo de 100 mil millones de pesos a pequeños y medianos emprendedores, sin intereses), su apoyo al Tren de Cercanías (coincide en ello con Alejandro Eder y Miyerlandi Torres) y cerca de 1 billón de pesos para rehabilitar la malla vial de la ciudad.
Dice que las encuestas no le trasnochan y que la verdadera encuesta es la del pueblo en las urnas, el 29 de octubre próximo. Sin embargo, el equipo de campaña y el candidato Ortiz deben, seguramente, estar preocupados. El diario El País de Cali informó el 8 de octubre de los resultados de la encuesta Guarumo y EcoAnalítica en la que Eder aventaja a Ortiz por 11 puntos. También La Silla Vacía, en encuesta realizada por Atlas Intel y publicada el 13 de octubre, informa de una ventaja de 6 puntos a favor de Eder sobre Ortiz y, sobre todo, destaca el persistente crecimiento del primero: el 27 de septiembre sólo los separaban 2 puntos.
El sábado 14 de octubre, al medio día, el eclipse anular de sol conmovió a Cali. En plataformas de redes sociales, circulan decenas de miles de videos y fotografías que retratan el fenómeno astronómico. El próximo eclipse anular visible en Colombia, ocurrirá en enero de 2028, en Puerto Nariño y Leticia. Justo por esos días se posesionará el nuevo alcalde o la nueva alcaldesa de la ciudad de Cali, el sucesor o sucesora de quien gane las elecciones de este año. Ortiz confía en triunfar, pero la caída en las encuestas pone en riesgo su proyecto político de largo aliento. ¿Un cuarto intento? Parece improbable incluso para un hombre que dice saber levantarse y asimilar las derrotas.
El lunes 2 de octubre, en el Teatro Calima, el concejal Flower Enrique Rojas Torres, del Partido Verde, realizó un acto de campaña. Casi dos mil personas mal contadas. Varias se quedaron por fuera. Líderes barriales, voluntarios, muchos pendones, confetis, bombas, bastante música y refrigerios. Los asistentes recibieron una libretita con el tarjetón e instrucciones de cómo votar por Rojas. Hacia las 5:00 pm, el concejal indicó que tenía un invitado especial, un hombre del pueblo, un ciudadano que, como él, se había levantado en las barriadas, en el 12 de octubre, en San Carlos, en el Obrero, en el Sindical. Pidió aplausos y ovaciones para su gallo tapado: Ortiz caminó parsimonioso hacia la tarima y saludó a la concurrencia levantando los brazos.
En cuestión de minutos, se retiraron centenares de asistentes. Abandonaron el recinto. El público se redujo a la mitad.
Ortiz no perdió la compostura en medio de un auditorio, medio lleno, medio vacío, iluminado a medias con la luz de las seis de la tarde. ¿O de la noche?
En el centro del escenario, Ortiz: en claroscuro.
*Fotografía de la portada tomada de la cuenta de X de Roberto Ortiz. 16 de Octubre de 2023:https://twitter.com/robertoortizu/status/1714026880121131131/photo/1